Haskell y Elm comparten una raíz común: ambos son lenguajes funcionales puros, con tipado estático, inferencia de tipos y un fuerte énfasis en la inmutabilidad.
Sin embargo, cada uno tomó un camino distinto.
Haskell apostó por la abstracción, la teoría de tipos avanzada y la expresividad; Elm, por la simplicidad, la seguridad y la experiencia del desarrollador.
Haskell nació en el ámbito académico, con el objetivo de ser un lenguaje funcional puro que sirviera como base de investigación.
Por eso prioriza la expresividad, la abstracción y la corrección formal.
Su lema podría ser: “todo puede expresarse en tipos”.
Elm, en cambio, nació del mundo web.
Su meta no es la investigación, sino la confiabilidad.
Fue diseñado para construir interfaces web sin errores en tiempo de ejecución.
Su lema podría ser: “ningún runtime exception, nunca”.
En resumen:
Haskell es una herramienta para explorar los límites del paradigma funcional.
Elm es una herramienta para aplicar ese paradigma con seguridad y pragmatismo.
Ambos tienen tipado estático e inferencia, pero el sistema de tipos de Haskell es mucho más poderoso.
Haskell permite type classes, kind polymorphism, type families, GADTs, monads, existentials y un sinfín de extensiones.
Elm tiene un sistema de tipos mucho más pequeño, pero más legible y predecible.
En Haskell, el tipo puede expresar conceptos avanzados:
fmap :: Functor f => (a -> b) -> f a -> f b
Mientras que en Elm, los tipos se mantienen simples y directos:
List.map : (a -> b) -> List a -> List b
En Haskell podés crear tus propias type classes (Eq, Ord, Monad, etc.).
En Elm no existen type classes: sólo hay un conjunto fijo de restricciones (number, comparable, appendable).
Haskell es un lenguaje donde los tipos son una herramienta de abstracción.
Elm los usa más bien como una herramienta de seguridad.
Tanto Haskell como Elm son lenguajes funcionales puros: ninguna función puede tener efectos secundarios sin declararlo explícitamente.
Pero los abordan de forma distinta.
Haskell utiliza el sistema de monads para modelar efectos: IO, Maybe, State, etc.
Cada efecto se encapsula en un tipo, y se encadenan usando do notation.
main :: IO ()
main = do
name <- getLine
putStrLn ("Hola, " ++ name)
Elm evita completamente las monads.
En su lugar, usa un modelo explícito de efectos: los Commands (Cmd) y Subscriptions (Sub), que forman parte del Elm Architecture.
Esto mantiene la pureza del lenguaje sin exponer al programador a conceptos teóricos complejos.
update : Msg -> Model -> (Model, Cmd Msg)
update msg model =
case msg of
CargarDatos ->
( model, Http.get {...} )
DatosCargados datos ->
( { model | items = datos }, Cmd.none )
Haskell ofrece poder; Elm ofrece control.
En Haskell, el manejo de efectos es flexible y extensible.
En Elm, es seguro y predecible.
Elm está diseñado para ser simple y consistente.
La sintaxis es limpia, sin operadores ambiguos ni extensiones opcionales.
Haskell, en cambio, permite una gran expresividad, pero también puede resultar críptico.
En Elm:
sumar : Int -> Int -> Int
sumar x y =
x + y
En Haskell:
sumar :: Int -> Int -> Int
sumar x y = x + y
Parecen casi iguales, pero Haskell permite redefinir operadores, crear infix personalizados o usar point-free style, lo que puede aumentar la complejidad.
Elm evita deliberadamente esa flexibilidad para mantener el código legible para todos.
Haskell es un lenguaje generalista: se usa en compiladores, sistemas financieros, backends web, análisis estático y más.
Su ecosistema es vasto y diverso, aunque muchas librerías varían en calidad y mantenimiento.
Elm se centra exclusivamente en el frontend web.
Todo su diseño gira en torno a construir aplicaciones en el navegador.
No hay ambigüedad: un proyecto Elm siempre es una aplicación web.
A cambio de esa limitación, ofrece una experiencia coherente, con un compilador extremadamente útil y mensajes de error ejemplares.
La diferencia más grande entre ambos lenguajes quizá sea emocional. Haskell a veces puede parecer un rompecabezas: poderoso, elegante, pero con una curva de aprendizaje pronunciada.
Elm, en cambio, busca que programar sea agradable, incluso para quienes no tienen experiencia previa en programación funcional.
El compilador de Elm no sólo te dice qué está mal, sino cómo arreglarlo.
El de Haskell, aunque más sofisticado, puede ser más críptico si no conocés sus fundamentos teóricos.
Haskell y Elm son dos lenguajes que muestran dos filosofías complementarias del mundo funcional.
Haskell te da un universo para explorar la abstracción.
Elm te da un terreno firme donde construir sin errores.
