El software libre es, principalmente, una modalidad de desarrollo y distribución de programas de computadoras. Aunque, si hacemos un análisis un poco más minucioso del concepto, nos encontramos con que se trata de algo mucho más amplio, mucho más trascendental.
El software libre es un suceso social, que está cambiando la forma en que el mundo informático se mueve. El software libre es aquel que se puede utilizar y distribuir libremente. También puede ser modificado y vuelto a distribuir (para estas ultimas dos opciones, requiere código abierto).
Y para que el programa sea considerado software libre, deben garantizarse esas cuatro libertades. Si la licencia de uso y distribución de un programa no garantiza una de esas cuatro libertades, entonces estamos frente a un programa que no es libre.
Cuando hablamos de libertad, lo hacemos en el sentido más completo de la palabra. La libertad de usarlo para que lo queramos es la libertad de no tener que pedir permiso a nadie para ejecutar cualquier acción con el programa. Esto incluye utilizarlo para realizar tareas que quizás no estaban contempladas cuando se desarrolló el programa. La libertad de distribuirlo libremente es la libertad de realizar cuantas copias queramos del programa. Es la libertad de tener una única licencia de uso para diez, cien o mil instalaciones del programa. Es la libertad que permite copiar el programa a los amigos si ellos lo piden. La libertad de modificar el programa encierra en sí misma otra libertad, que es la de disponer del código fuente del programa. Para aquellos que no lo saben, el código fuente es el texto, escrito por un programador, mediante el cual fue desarrollado el programa. Entonces, el software libre permite ver cómo está hecho el programa y autoriza su modificación. Podemos modificarlo para adecuarlo a nuestras necesidades, para agregarle o sacarle características funcionales, etc.
Finalmente, si modificamos un programa, tenemos libertad de distribuir la versión modificada, siempre y cuando lo hagamos por medio de la misma licencia, que garantiza las cuatro libertades antes mencionadas.
Libre no significa gratis! muchas veces, las personas confunden la palabra libre con gratis. Y entonces piensan cosas erróneas como que Linux es gratis. El software libre, no necesariamente es gratis. Y para entender esto, vamos a ver un ejemplo. Yo tengo una conexión de banda ancha, y descargué en mi computadora la última versión de Ubuntu Linux (una versión muy popular ). Entonces, cuando termino de descargarlo, viene un amigo a mi casa y me pide que le haga una copia de esta versión de Linux. En primer lugar, hay que aclarar que hacer una copia de un programa de software libre es totalmente legal ya que, recordemos, la segunda libertad del software libre tiene que ver con la libre distribución de un programa. De hecho, en la Licencia Pública General (que es la licencia oficial del software libre) se anima de manera entusiasta a programadores y usuarios a que distribuyan sus programas de software libre. De todos modos, continuando con el ejemplo, yo tengo varias opciones garantizadas por la libertad de distribuir el programa. Una de ellas es decirle “sí, te lo copio ya mismo” y tomar cuatro CDs de mi cajonera, y grabárselo de manera totalmente gratuita. Otra opción es decirle “sí, pero me tenés que pagar por los CDs”, lo cual es totalmente válido y legal también. Y otra opción, es decirle “sí, te lo copio, pero me tenés que pagar por los CDs y también por el servicio de haber tenido la computadora toda la semana encendida para bajar esa distribución”. Esta última opción, es totalmente válida y legal: todos tenemos derecho a pedir una remuneración por el trabajo que realizamos.
Ahora bien, como se trata de software libre, mi amigo tiene varias opciones. Una de ellas es pagarme para obtener la última versión de Ubuntu Linux. Pero, también puede decirme: “Lo que me pedís me parece muy caro, se lo voy a pedir a mi primo que me lo dará gratis.”
Espero haber sido claro con el ejemplo de que el software libre, si bien generalmente es gratis porque casi todo el mundo se lo descarga de Internet (recordemos: en un acto totalmente legal), en ciertas ocasiones no lo es.
Es por eso que hay versiones de Linux que tienen un costo muy diferente. Porque las empresas que las compilan (esto es convertir el código fuente en un programa funcional), ofrecen servicios alrededor de esa compilación que consideran que valen lo que nos están pidiendo por su versión de Linux.